Der Strummelpeter, o como nos ha llegado traducido, Pedro Melenas, es uno de esos libro que
requiere una breve contextualización. Vio la luz en la primera mitad del s XIX
a manos de H. Hoffmann; desesperado éste en buscar un libro adecuado para su
hijo y sin encontrar ninguna que le satisfaciera, decidió hacerlo él mismo. La
obra que creó nos lleva al peor de los mundos posibles. Lo que se nos muestra es la
causa-efecto en estado puro: si te chupas el pulgar vendrá un hombre a
cortártelo. Huye de lo edulcorado de las obras infantiles de la época tanto en
el mensaje como en la estética final. Hay una clara y evidente finalidad en el
libro: la de aleccionar a los niños, no la de agradar, y reflejo de ello es que
la ilustración -cruda, realista y explícita- impera sobre el texto. El miedo es el recurso pedagógico
que utiliza Hoffmann en cada una de las historias -diez en total- creando un muestrario
del horror.
Este libro de humor macabro y personajes grotescos, tiene un poder de
atracción sorprendente. Es justamente este toque siniestro lo que la convierte
en una obra atemporal y le resta todo intento de moralizar hoy en día, y en
definitiva, lo que hace que deba perdurar. Pero aún así es un buen libro para
abrir diálogo con un niño (público potencial de los 6 a los 9 años) y que vean
el peligro que algunas acciones pueden comportar. Muy recomendable. Y todo ello
al más puro estilo Tim Burton.
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